El pasado 10 de abril Netflix estrenó 'Secuestro del vuelo 601', una serie que logró escalar rápidamente entre las más vistas de la plataforma en Colombia y que a lo largo de seis episodios explora uno de los acontecimientos más impactantes del siglo pasado: el secuestro aéreo más largo que tuvo lugar en Latinoamérica.
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Para entender mejor las dimensiones de este acontecimiento, cabe destacar que en esa época, la piratería aérea estaba en su auge en la región. En el periodo comprendido entre 1967 y 1973, en América Latina cerca de 90 aviones fueron secuestrados. De estos, 30 ocurrieron en Colombia.
En ese contexto, la producción se inspira en los hechos ocurridos en mayo de 1973, cuando dos hombres retuvieron un avión colombiano y lo mantuvieron en su poder por más de 60 horas. Esta es la historia de lo que ocurrió.
El 30 de mayo de 1973 el vuelo 601 de la desaparecida Sociedad Aeronáutica de Medellín (conocida como SAM) despegó desde la ciudad de Pereira. En la aeronave iban 84 personas a bordo que se dirigían hacia la capital antioqueña.
Una vez en los aires, el terror se apoderó de los pasajeros cuando dos hombres que se encontraban en las últimas filas desenfundaron sus armas y se taparon la cara con capuchas. Los individuos, posteriormente identificados como Eusebio Borja y Francisco Solano López, se hicieron con el control del Lockheed L-188 Electra, asegurando ser integrantes de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
La pesadilla se extendió por más de dos días en los que el avión recorrió 24.000 kilómetros e hizo 12 aterrizajes y 12 despegues. Si bien en un inicio se pensó que los secuestradores buscaban dirigirse a Cuba, estos le ordenaron al capitán dirigirse a la isla caribeña de Aruba.
Una vez allí, los captores solicitaron dos cosas: 200.000 dólares en efectivo y la liberación de presos políticos en Colombia. De no cumplir con estas demandas harían detonar la aeronave con las personas que estaban a bordo.
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Secuestro del vuelo 601
Debido a las condiciones que se vivían dentro del avión, derivadas del clima y de la falta de aseo y mantenimiento, Borja y Solano permitieron el descenso de 24 pasajeros, en su mayoría mujeres y niños. El Gobierno, por su parte, rechazó las exigencias de los 'aeropiratas'.
Frustrados con la contraoferta que ofrecía la aerolínea (20.000 dólares), ordenaron el despegue rumbo a Lima (Perú), pero a raíz de un problema técnico tuvieron que regresar.
En este punto de la historia, un grupo de pasajeros decidió escapar. Para lograr su cometido, abrieron la puerta de emergencia y saltaron los cinco metros de altura que había desde el fuselaje del avión hasta la pista.
El nuevo aterrizaje en Aruba trajo consigo novedades. La aerolínea les pidió a los secuestradores cambiar la tripulación, considerando la fatiga de los pilotos, y decidió enviar con ella un maletín con 50.000 dólares por el miedo a que los secuestradores continuarán aumentando el monto del rescate.
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Secuestro del vuelo 601
En el tramo final del vuelo los pasajeros restantes fueron liberados y el avión se dirigió a Mendoza (Argentina) solo con la tripulación y los captores dentro. Desde allí pararon rápidamente en la ciudad argentina de Resistencia, cerca de la frontera con Paraguay, y en Asunción. En ambos destinos, la aeronave no permaneció más de media hora.
Cuando finalmente la nave llega a la pista de Ezeiza (Argentina) del avión solo bajó la tripulación, por lo que los dos secuestradores se dieron a la fuga con el dinero.
Tiempo después se conoció que tanto Borja como Solano no hacían parte de la guerrilla, sino que en realidad eran dos futbolistas de origen paraguayo con dificultades económicas. Solano López fue detenido y extraditado a Colombia, mientras que de Borja no se volvió a tener rastro.
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