Columna


El tren

JORGE RUMIÉ

19 de abril de 2024 12:00 AM

La cantidad de ciudadanos que están agotados con el tema del galeón San José se cuentan por miles. No pasa un día sin que aparezca una noticia relacionada con el famoso navío: que la demanda judicial es una realidad, que los tesoros se inmolaron, que el barco no existe, que los tiburones se tragaron las piedras preciosas... en fin.

En cualquier caso, querido lector, debo alertarte que igual traigo noticias frescas sobre el galeón en cuestión. Mi historia comienza con la llamada de un amigo, quien me pidió su anonimato y a quien llamaré Arturo Antunes Comba, Zico. El amigo Zico, bastante harto con las historias del San José, decidió tomar cartas en el asunto y adquirió lo último en tecnología de buceo con una escafandra aerodinámica que le permitiría llegar al barco. “¡No más cuentos, no me frieguen, intentaré verlo con mis propios ojos!”, me gritó por teléfono.

Contaba Zico que su aventura se inició en la misma bahía de Cartagena. Para conectar su escafandra con la superficie, Zico contrató una lancha nodriza que le administraba la manguera por la cual él respiraba. En su caminata inicial por el lecho marino, cuando solo llevaba unos 200 metros de recorrido, Zico quedó atascado en una capa gruesa de lodo que reposa en el fondo de la bahía. “Es un barro de unos 3 metros de grosor y que se viene acumulando por culpa de ese Canal de Dique”, me dijo indignado. Luego añadió: “¡Qué vergüenza! La Armada tuvo que emplear dos submarinos y una grúa flotante para sacarme de ese lodazal. Con ese Dique botando esa tierra y literalmente toda esa m... que nos vienen aguas arriba por los ríos del país, la bahía actúa como una laguna de decantación y depositaria de esos millones de metros cúbicos de lodos, y que están asfixiando a la bahía de Cartagena y Barbacoas, además del ecosistema circundante a Tierra Bomba, Barú e Islas del Rosario”. “Zico, ¿y cómo siguió la expedición hacia el San José?”, le pregunté inquieto. Y contestó: “La verdad, Rumié, cuando vi en la prensa que el genio de nuestro presidente quiere cobrarnos por valorización las obras del Canal del Dique, convulsioné y terminé hospitalizado. Tuve que abortar la expedición”. Luego agregó: “Pagar nosotros una valorización por la porquería que nos viene aguas arriba sería igual que pedirle a Cúcuta que financie la construcción del famoso tren elevado de Petro que irá desde Cartagena hasta Buenaventura y que deberá pasar por encima del Dique, la selva chocoana y la Cordillera Occidental, para transportar los dineros recaudados de esa Valorización. No nos crean tan pendejos”.

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